25 septiembre 2012

Creamos, innovamos, aprendemos...

Quién le iba a decir a un jugador de la talla de Sergio Ramos, campeón del mundo y de Europa y titular indiscutible en un equipo como el Real Madrid, que iba a pasar de héroe a villano en un segundo y que, meses después ese mismo segundo le iba hacer tocar el cielo, el nirvana futbolístico, la gloria...

O quién le iba a decir a David Bisbal, una década después, que tenía que volver a cantar esa canción, que tantas veces había cantado antes y que por cosas de la vida, vete tú a saber cuanto tiempo hacía que no la había cantado...

Nuestra experiencia personal nos ha enseñado a desenvolvernos perfectamente en estas situaciones. Es esa misma experiencia, la que nos hace armarnos de fuerza, de valor, para enfrentarnos a las dificultades que se nos presentan delante. A pesar de que en esos momentos sintamos un cercano desfallecimiento interno, nuestra mente reacciona cuando el cuerpo está a punto de decir basta. Se hace un silencio en el exterior, sientes una llamada interna, una voz que cobra fuerzas poco a poco desde lo más profundo de tu cuerpo. Esa voz es la que te anima a continuar, la que te da fuerzas para seguir adelante y la que por si fuera poco, te hace más y más fuerte en esa situación. Esa sensación es la que creo que se le manifestó a Sergio Ramos, esa superación y esas ganas de decir: - Voy a hacer algo importante-. Poco importa ya en ese momento si has sido duramente criticado por una o por muchas personas. Tú eres el único capaz de corregir los errores cometidos en un pasado y avanzar hacia delante con paso firme y fuerte.
Esa misma experiencia personal es la que nos ayuda a no estancarnos y a innovar. Mejoramos lo que ya tenemos y no nos quedamos estancados en un pasado exitoso, en la innovación está la superación personal también. Al mismo tiempo, debemos de ser creativos y de fomentar que el resto de personas lo sean. Hay que dejar atrás las mediocridades y los automatismos, cambiar de manera de pensar, porque lo que es monótono no avanza. En cambio, la sorpresa, la novedad, la originalidad... es lo que nos hace ser especiales y únicos.

Por tanto, debemos de ser gente que se sepa renovar y armar de valor ante la vida y ante el mundo. Somos los creadores de nuestra historia.

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