Las personas a lo largo del tiempo,
han demostrado a la sociedad su capacidad de avance técnico y tecnológico
continuamente. Lo que hemos tratado en clase la última semana trata sobre 3
modelos de sociedad que han marcado la vida de las personas que han vivido en
cada una de estas épocas determinadas.
Empezamos a abordar el tema desde
la etapa del Fordismo (1910-1960). Esta etapa fue acuñada con este nombre por
su fundador, Henry Ford. El Fordismo introduce unas innovaciones claves para la
sociedad industrial del momento, la principal característica es el
abaratamiento de la mano de obra debido a un modelo de cadena de montaje, donde
cada persona desempeñaba un único papel y se especializaba en su repetitivo
trabajo. Este modelo de cadena de montaje creaba un producto idéntico, es
decir, no había diferentes modelos de producto y aumentaba la producción en
gran medida. Este modelo de producto estaba orientado hacia todas las personas,
sin distinción de clase social o de capital.
En la década de los 70, comenzó una
renovación del sistema y podemos hablar de la entrada de una nueva etapa en la
sociedad, el Toyotismo, creado por el fundador de la marca de automóviles
Toyota; Kiichiro Toyoda. Esta etapa, se caracteriza principalmente por la
aparición del multiproductismo. Es decir, el producto que se crea en las
cadenas de montaje sufre varias variaciones según al público al que esté
orientado. Por tanto, estamos hablando de la creación de las gamas, en este
momento, el producto no está orientado hacia todo el mundo, se produce una
distinción de clases. Otra parte importante de esta etapa viene con la
inversión en I+D+I y la aparición de la obsolescencia programada como método de
asegurarse el continuo consumo de los productos.
A partir de la década de los 90 hasta
la actualidad, aparece una tercera etapa en el sistema, la etapa de la Sociedad
de la Información. Esta etapa viene marcada por una gran importancia de la
información y la investigación. La mejora a pasos agigantados de la técnica y
la tecnología por medio de las ideas, aspecto importantísimo en esta sociedad.
Por medio de la creación de las redes sociales e internet, satisfacemos
nuestras necesidades de comunicación con los demás y se produce una
reconceptualización del espacio del tiempo. Al contrario que sus predecesoras,
esta sociedad de la información se caracteriza también por su individualismo y,
en su ámbito más social, por una intolerancia al aburrimiento por parte de las
personas.